Decidir los Premios Nacionales de Derechos Humanos de este año fue una tarea sencilla para la Coordinadora Nacional que anualmente otorga estas reconocidas preseas.
Los honrados sin discusión fueron el fiscal supremo del Ministerio Público Avelino Guillén Jáuregui y el caricaturista Carlos Tovar, más conocido como “Carlín”, columnista del diario La República.
Desde sus respectivas especialidades profesionales, ambos aportaron fundamentos decisivos para la dilucidación final del jucio al ex presidente Alberto Fujimori Fujimori, hecho decisivo que marcó el año 2009.
El abogado de la sociedad.- Avelino Guillén fue el fiscal idóneo en el caso Fujimori. Atesoraba la experiencia del Ministerio Público en la materia. Desde el escalón de fiscal adjunto provincial, en 1984, fue partícipe de los casos emblemáticos procesados en la zona de emergencia de Ayacucho: Pucayacu, Callqui y Jaime Ayala; hasta el megajuicio definitivo a Alberto Fujimori, uno de los responsables políticos de ejecuciones extrajudiciales en que se incurrió.
Arquitecto del humor.- Carlos Tovar, “Carlín”, se inició en el arte del humor en los 70 en el semanario “Monos y monadas” que dirigió Leonidas Yeroví. Aunque él fue convocado por Antonio Cisneros.
A fines de los 80 fue invitado a Italia, a la revista semanal “Tango”, suplemento humorístico del diario “L’Unita”, de Roma. Además, ha publicado varios libros de caricaturas en los que condensa sus apuntes de políticos de los últimos 40 años.
“Siempre he clasificado a mis personajes –nos cuenta “Carlín”– por especies animales. ¿A Alan García? Hoy día lo veo como un roedor gigante. Porque tiene los cachetes y la papada gorda como una marmota o un castor. Mantiene, eso sí, el gesto altanero del primer gobierno con la barbilla levantada y el ceño fruncido”.
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