Ahora que se ha puesto de moda hablar de indicadores que señalan ciertos incrementos y reducciones vitales para el país , es oportuno hablar sobre otros indicadores que, según nuestra opinión, son tan iguales o, incluso, más importantes. Nos referimos a los Derechos Humanos. Creemos eso por que más allá de saber los niveles de ingreso que le permiten a la población tener una mayor relación con el mercado (muchas veces fantasmal por estar mediada por la tarjeta de crédito), más importante es saber cuál es la relación de esa misma población en lo que a sus derechos, libertades, facultades, reivindicaciones han logrado, no por tener los plásticos que le asignan cantidades a gastar, sino por el elemental hecho de ser seres humanos.
Esa es la valía de los Derechos Humanos, pues nos garantiza una vida digna independiente de los estatus, matriculas partidarias, nacionalidades, regimenes o caprichos políticos, apellidos, sexo, etc. etc. En otras palabras, reconocer y aplicar esos derechos nos hacen verdaderamente humanos, única garantía de construir una auténtica sociedad en la que todos somos uno. Reconocerlos e identificarlos no ha sido fácil y mucho menos han caído del cielo. Como todo proceso auténticamente agitador, su puesta en vitrina ha costado lodo y sangre y aun, a pesar de los años transcurridos, la lucha continúa. Un ejemplo de esa batalla es la que se da en nuestro país, pues nosotros recién en diciembre de 2005 decidimos implementar un Plan Nacional de Derechos Humanos que debería comenzar a operar del 2006 al 2010. Esa responsabilidad recaía en el Estado, pero eso no ocurrió. Nada difícil de entender en una sociedad como la nuestra atravesada no sólo por la pobreza y desigualdad, sino también por la violencia política, particularmente la de los últimos años, que sesgaron más a nuestro país.
Pero ese vacío fue asumido por el Centro de Asesoría Laboral del Perú, CEDAL y la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos que se embarcaron en el proyecto de impulsar la ejecución del Plan Nacional de Derechos Humanos. Para ello conformaron grupos promotores en cada región que impulsaran la difusión de dicho plan y/o la implementación de planes regionales, según la especificidad de cada región. Esto sucedió en Piura, Cusco, Ica, Cerro de Pasco y también en nuestra ciudad, Arequipa.
Justamente, en nuestra región, el 28 de Mayo y 20 de Agosto de 2007, se realizaron dos Talleres Regionales denominados “Enfoque de Derechos Humanos en las Políticas Públicas Regionales”, con la finalidad de generar capacidades en los asistentes para una participación eficiente en el proceso de implementación y vigilancia del Plan Nacional de Derechos Humanos en Arequipa. Esos talleres fueron dirigidos a instituciones representantes de la sociedad civil, así como a organismos del sector público, gobiernos locales y regionales.
El primer taller fue convocado por el CEDAL y su principal fruto fue conformar un Comité de Coordinación del Plan Regional para Arequipa, A dicho Comité se le encargó operativizar las acciones para la elaboración de un Diagnóstico Regional sobre la vulneración de 4 derechos que fueron, según el trabajo de los asistentes, los más quebrantados en nuestra región: agua, educación, identidad y salud. Ese primer Comité estuvo encabezado por el Dr. José Butrón Fuentes e integrado por Cristian Ampuero, Reyna Concha Revilla, Rosa Flores y Miryam Quiñones a quienes les debemos gratitud perenne por ser los impulsores de este trabajo.
En marzo de este año, se cambia y enriquece con otras instituciones el Comité Coordinador, nombrando como nuevo presidente a José Luis Vargas Gutiérrez, Decano del Colegio de Sociólogos de Arequipa y Coordinador Regional de la Mesa de Concertación y Lucha Contra la Pobreza. Ese Comité decide encargar el diagnóstico sobre los Derechos Humanos en Arequipa, a la socióloga Janeth Fernández.
Desde esa fecha hasta hoy se han producido varias reuniones del nuevo Comité. Muchas de ellas para revisar los avances que la consultora hacía de su trabajo y aportando con nuevas ideas o informaciones. Muchos mails también han circulado entre sus miembros, ya sea para que den una última chequeada al informe, u opinen sobre lo que faltaba o sobraba. A pesar de todo eso, ha sido difícil ponerle punto final al trabajo, pues incluso el 11 de junio, última reunión para aprobar el informe, salieron a relucir nuevos datos, cuadros, etc. A pesar de ello, decidimos ponerle punto final, no sin antes reconocer, como cualquier trabajo, mucho más de este tipo, ciertas ausencias o deficiencias. En todo caso, creemos que servirá de base para otros que otras instituciones se animen a continuar con el trabajo.
Tienen pues en manos el Diagnóstico que sobre los Derechos Humanos en Arequipa se nos encargó hacer. Derechos Humanos que están focalizados en los cuatro más vulnerados en nuestra Región: agua, educación, identidad y salud. Hay muchos más derechos que se violan, lo sabemos; pero estamos centrando nuestra atención en aquellos que son los más sensibles para la población de nuestra Región, hoy. De seguro que en un futuro, ojala lejano, aparecerán otros derechos vulnerados, pero confiamos que cuando esos otros derechos aparezcan, los que hoy tratamos en este libro ya se hayan superado y solucionado. Para eso es justamente este libro: dar información para saber cómo estamos en estos cuatro derechos, pero no para informarnos, sino para solucionarlos. Sí sólo se queda en lo primero, en lo informativo, no habremos pasado de una tarea primaria. La cuestión es cómo hacer de esta pesquisa un motivo de acción colectiva que sensibilice y movilice a los actores, tanto del Estado como de la sociedad civil, para su atención y solución.
Esa ya es una tarea que no le compete al actual Comité. Nuestra función culmina con la presentación de este libro. En una de nuestras últimas reuniones, acordamos continuar en la brega y darle mayor oficialidad al Comité, hoy convertida en Coordinadora, pero eso ya lo veremos más adelante. Ahora, lo que nos interesa es que es libro sirva de base para que, respetando el espíritu y mandato del DS 017-2005-JUS, se implementen políticas publicas regionales y locales enmarcadas en el Plan Nacional de los Derechos Humanos, que nosotros como Estado, hemos decidido emprender. Ese es el aporte de este trabajo, servir de base para una discusión mayor y para los objetivos mayores que demanda la sociedad peruana y la arequipeña en especial; es decir, con una perspectiva de Derechos Humanos, construir una sociedad digna para todos.
Finalmente, sólo nos queda agradecer el apoyo brindado por el CEDAL en este trabajo y en especial a los miembros del Comité Coordinador de Arequipa, en las personas de Yda Luz Velásquez Villanueva (Colegio de Obstetras), Reyna Concha Revilla (Fentase), Miryam Quiñones Hermosa (Vodespa), Edith Trillo Espinoza (Asociación del Colegios Cristianos), Diana Quispe Pari (Lazos sin Fronteras) y Shirley Ayala Pineda (Cede Mujer – Familia en Desarrollo). A todos (as), gracias mil.
José Luis Vargas Gutiérrez
Pdte. Coordinadora de DDHH de Arequipa, CODHA
